El embrión sufre la acelerada separación de sí mismo al pasar de una etapa a otra de su desarrollo y sin que el seno materno que lo nutre tome en cuenta para nada al producto.
El desarrollo embrionario es la construcción de la forma de vida más avanzada: “El Fenómeno Humano”, que el jesuita Pierre Theilard de Chardin optimistamente bautizara como “la Punta de Flecha de toda la evolución”.
Desde ahí empieza la larga travesía llena de separaciones del niño/a que lo acompañará toda la vida.
El niño empieza su vida separándose del cuerpo de la madre en un movimiento urgente donde la madre no es la única que parirá con dolor, sino que el niño/a también sufrirá “el trauma del nacimiento”, como lo llamara Otto Rank.
Apenas establecido en en el idilio madre-hijo, tendrá que ser destetado. Inmediatamente después se enfrentará a la otra madre que le enseñará con firmeza el control de sus esfínteres cuando apenas hace un momento disfrutaban libremente de sus evacuaciones.
Al seguir creciendo la niña buscará compensación amorosa que ya no tiene en la madre buscando el afecto del padre; y el niño lo hará con esta nueva madre que ya no es la que tenía antes, ambos obedeciendo a sus instintos básicos.
En esa etapa ambos experimentarán el primer amor objetivo de su vida. Pero la evolución y su desarrollo los llevarán por fuerza a otros intereses en el área del aprendizaje intelectual al entrar a la escuela; otra separación más.
Apenas se instala en esta nueva etapa, no muy cargada instintivamente, cuando llega la pubertad que lo separa de su mundo infantil y las caricaturas de la tele empiezan a cambiar rumbo a los súper héroes y súper heroínas adolescentes, y de nuevo el desarrollo psicosexual empieza a hacer su trabajo acelerado en la adolescencia.
Las experiencias de relación amorosa son igualmente azarosas y polarizadas; las separaciones dramáticas acompañan al muchacho/a hasta su adultez.
En la adultez se navega en aguas instintivas en calma aparente, pero con un mar de fondo que por ignorado hará brotar formas de separación ya vivida antes por el sujeto, sin informarle de su origen.
Pensándolo bien... Y así llega la separación de la pareja, que es la más representativa y sobrevaluada de todas las separaciones adultas.
http://jperezrobles.wordpress.com/ ; PM110126Separacion.docx ;19:11;2034Car.
miércoles, 2 de febrero de 2011
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