miércoles, 28 de julio de 2010

Agricultores - 28 JUL 10

Esta vez se equivocaron todos.

Se equivocaron los asesinos materiales y los intelectuales, las autoridades que calificaron apuradas el móvil y se equivocan todos los que desconocen el origen de la dignidad que habita en el espíritu colectivo sinaloense.

Mire usted, en Sinaloa no solo estamos orgullosos de nuestros cantantes y deportistas famosos o de la belleza de las playas y las mujeres, y todo lo que se sabe turísticamente.

Hay símbolos del poder que nos resultan repulsivos, hay otros que no nos importan tanto; pero hay un símbolo del poder en Sinaloa que todos respetamos desde cualquier perspectiva: es la potencia de los hombres que trabajan pegados a la tierra a diario y la hacen producir con terquedad, con güevos, con inteligencia y con éxito al final de todo.

Aquí sabemos que cuando los agricultores ganan, todos de alguna manera ganamos (incluyendo el gobierno y el narco) y cuando pierden todos perdemos algo junto con ellos.

Los podemos envidiar cuando son ricos, les podemos hacer bromas pesadas por dedicarse a una empresa tan insegura, tan llena de obstáculos y abusos; pero todos en realidad los admiramos y se han vuelto los representantes más arraigados en el alma sinaloense; más que la cerveza o la tambora, que nuestros genios intelectuales o deportivos que se van a otros países, ni modo.

Esta vez la defecaron los malos; porque esta vez los buenos no se van a quedar paralizados ni van a huir o callar, como dijera César Valenzuela.

Esta vez se pasaron de la raya. NO importa si por interés o por ignorancia; ahora se metieron con algo más grande que el poder político o que la venganza de un enfermo mental o que la locura violenta narca.

No es la primera vez que a nuestros agricultores los afectan directamente, pero algo tiene este crimen que marca un lugar que no solo los afecta y los insulta a ellos, sino a todos los Sinaloenses, incluyendo al narco.

El resto del país también se equivoca si cree que este fue otro asesinato más entre tantos del país; los medios NO se han dado cuenta que aquí ha empezado la diferencia.

No es tanto por el enojo o la indignación, la rabia cruda nunca sirve para nada, no deja pensar bien y le sirve más a quién la provoca; es simplemente que el signo, el síntoma, la señal que deja este crimen es como el agua de la presa que se derrama por encima del vertedero y no queda más remedio que hacer algo para sobrevivir y no morir ahogados como ratas.

Ya antes los sinaloenses han enfrentado unilateralmente a otras organizaciones criminales, como los secuestradores, los asaltabancos; si no para eliminarlas totalmente, sí para reducirlas por debajo del terror social paralizante.

No es un asunto político electoral, pero sí es un asunto político en el sentido de la política que puede organizar a una sociedad productiva y obligar al gobierno a cumplirla.

Pensándolo bien... La opción es: (a) No quedarnos callados, cosa que los sinaloenses han sabido hacer desde hace muchas generaciones, o (b) morir ahogados como ratas.
http://jperezrobles.spaces.live.com/blog; PB100728Agricultores.docx; 11:20; 2607Car

No hay comentarios: