martes, 6 de abril de 2010

Chamaqueados - 6 ABR 10

Hay dos eventos en el país que me hacen pensar en las instituciones y la opinión pública como entidades incapacitadas para discernir algunos fenómenos que afectan a la vida nacional.

Uno de ellos es el caso de la niña Paulette Gevara, el otro es la entrevista de Julio Scherer al Mayo Zambada; claro que hay más, pero no los veremos hoy.

La entrevista de Adela Micha a la mamá de la niña, repetida por López Dóriga, pareció un reality show periodístico, armado para mostrar a una madre actuando adolorida por la pérdida “del angelito que tenía en casa” y contrarrestar la impresión temprana de que era una abogada, fría, manipuladora, insensible y audaz (¡cuántos adjetivos!) quien no lloró al enterarse que su hija paralítica cerebral no amaneció en casa.

Tal entrevista no logró su objetivo, ni saber en qué se podía sorprender a la mamá que arrojara una solución, ni en creer en su sensibilidad a posteriori. Lo siento por Adela, por LópezDóriga y por Televisa; pero también por los procuradores de Justicia (Bazbaz) que no parecen saber nada de nada; ni siquiera mantener una escena del crimen limpia de interferencias, como cualquier televidente de CSI sabe porque lo aprendió de los programas de investigación criminal.

En el caso Scherer-Zambada, después de leer las declaraciones del Mayo llenas de sabiduría sobre la naturaleza del narco, su liga con la corrupción, su tamaño transnacional, y la inutilidad de la aniquilación de los capos como estrategia porque inmediatamente saltan tres o cuatro para ocupar su lugar, deja la sensación de que solo podemos creer una realidad que se presenta en forma de literatura periodística elaborada.

No es que el señor Zambada no sea capaz de conceptuar al fenómeno narco de una manera tan simple y tan contundente: “Si me matan no le harán nada al tráfico de drogas”, sino que los conceptos de Scherer parecen haberse colado inteligentemente entre líneas de los conceptos de Zambada.

En pocas palabras, tanto la entrevista a la mamá de Paulette por Adela Micha repetido por López Dóriga en Televisa, como el reporte del encuentro Scherer-Zambada en Proceso, reproducido por Los Ángeles Times y por el Washington Post, parecen indicar que todos fuimos chamaqueados.

En un caso por la ambición desmedida y pedestre de la posesión de la noticia televisada por encima de toda ética y en el otro por la astucia magistral de un periodista de ligas mayores.

Pensándolo bien... Así transita la gloria de la inteligencia periodística mexicana, donde toda ficción es creíble y toda realidad sospechosa...
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