[Este fue un comentario hace 10 años]
No es la drogadicción lo que distorsiona la función social, la droga solo distorsiona la mente del adicto. Es el negocio ilegal del tráfico de drogas y sus métodos de dominio del mercado lo que induce la decadencia social.
Mire usted, cuando la legalidad regula las actividades económicas, un tribunal federal puede, por ejemplo, declarar monopolio a la plataforma Windows de Bill Gates, al cual usted y yo somos adictos, y hacerle perder de la noche a la mañana 80 mil millones de dólares en la bolsa de valores. [El País, 2000-04-04]. Y nadie asesina a nadie.
Cuando la economía no es legal, los negocios se arreglan matando al competidor o a cualquiera que afecte el interés particular del empresario ilegal.
Una extraña (y sospechosa) concepción de la moralidad ha impedido la legalización del consumo de drogas hoy (10 años), en los mismos términos que se legalizó en su tiempo el consumo de bebidas alcohólicas (ha 80 años).
Las compañías cigarreras han perdido serias demandas por los daños que el tabaco causa a los consumidores. Algunas se han declarado en quiebra ante los costos de las indemnizaciones masivas. No ha habido ni un solo levantado, encobijado, torturado o ejecutado por eso.
Si usted quisiera demandar a los productores de derivados de la hoja de coca o mariguana porque tienen a su hijo hecho un idiota, ¿contra quién la elevaría? ¿Contra el cártel de Tijuana? (Los macizos de entonces)¿Contra los productores colombianos? (Los reyes de la coca) ¿Contra los elegantes mafiosos financieros modernos de los EU? (Los verdaderos jefes de jefes).
La prohibición de cualquier actividad comercial automáticamente la convierte en mercado negro: sea contrabando de simples productos comerciales a través de la frontera o bien el tráfico de enervantes y armas.
Todos los gobiernos involucrados en el problema del narcotráfico (especialmente EU) son altamente sospechosos al menos de negligencia y de gastos onerosos inútiles frente a este problema. Es claro que son rehenes, y beneficiarios al mismo tiempo, de las utilidades monetarias nada deleznables que el ilegal negocio narco reditúa inmediatamente, y de sus métodos de chantaje, amenaza o asesinato.
La adicción a las drogas es una enfermedad, igual que el alcoholismo; eso es cierto. Pero la prohibición y no-regulación del negocio narco sigue siendo un crimen irracionalmente mantenido por las autoridades, manteniendo (a sabiendas o no) las matanzas de los pobres y el lavadero de los ricos al mismo tiempo: es un crimen social. [JPR, PB, 2000-04-04]
Pensándolo bien... Bueno, bueno, eso decíamos aquí hace 10 años junto con varias voces en el desierto; ahora las cosas son muy diferentes… ¿O no?
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martes, 30 de marzo de 2010
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