La criminalización del consumo, la venta y el trasiego es una estrategia que en EU da resultado porque el crimen de allá sí está organizado: los jefes tienen acuerdos, mantiene el orden de sus capos y mayordomos en un mercado fraccionado por regiones, por razas y por fracciones de ciudad, como en Chicago.
El gobierno de EU es un gobierno funcional, que tiene organismos suficientemente poderosos para que la violencia y la corrupción no los rebase. El organismo más cuestionado de su gobierno es la DEA, sin embargo no sufre de parálisis por corrupción masiva.
El propio negocio narco de EU no pierde el control de sus capos ni sus pandillas del narcomenudeo; sus ajustes de cuentas son discretos y secretos; no afectan a la población civil, no producen escándalos mediáticos ni dejan crecer al crimen periférico, como el robo de automóviles o el secuestro.
Las corrupciones políticas más escandalosos de allá son las sexuales o de fraudes de los negocios legales, rara vez por asociación con el narco de EU. Aquí se sospecha de todos.
La política nacional de la Casa Blanca y del Senado es congruente entre sí cuando se trata del narco. Lo consideran igual que los gobiernos de Colombia, Venezuela, Brasil y México: una amenaza para el gobierno y el estado nacional.
Pero... las formas de control difieren sobremanera en territorio de EU: para empezar, ahí no hay “guerra contra el narco”; ahí no hay marines que pasen por encima de lo que haya qué pasar para combatir al enemigo; sin embargo, ahí mismo se aplauden las matanzas y la ingobernabilidad que causan los capos subdesarrollados de los cárteles de México, Colombia y sus sucursales en los otros países latinoamericanos. Vaya usted a saber por qué venta de armas...
El negocio narco, es un negocio transnacional por necesidad, mueve millones de dólares en EU y en los países productores. Se comporta igual que cualquier otro negocio ‘limpio’: a nivel financiero, es como el de la electrónica de punta; es semejante a las grandes productoras de alimentos y medicinas como Kellog’s o Pfizer; su estructura no difiere mucho de la de Corona, Tecate, Johnny Walker o Wyborowa, en el negocio del alcohol.
La única diferencia realmente importante es que ninguno de esos negocios ‘nocivos para la salud’ compite entre sí con asesinatos, ejecuciones, guerras armadas, secuestros, torturas, muertes colaterales de la población civil, corrupción desbocada en los poderes oficiales y fácticos hasta el grado de la ingobernabilidad; PORQUE NO SON ILEGALES.
Son negocios legales productores de adicciones al alcohol, a las pastillas psicotrópicas o a la comida chatarra asociada con la obesidad y la diabetes, sí; pero no están prohibidos y por tanto NO NECESITAN DISPARAR UN SOLO TIRO.
Pensándolo bien... Mientras no podamos entender la diferencia entre un negocio prohibido y otro del mismo giro legalizado, nos seguirá pasando lo que nos pasa; y cada vez peor.
http://jperezrobles.spaces.live.com; PB100302NarcoTransnac.docx; 17:02; 2560Car.
martes, 2 de marzo de 2010
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