Además del avance tecnológico, las relaciones afectivas también están pasando por profundas transformaciones y revolucionando el concepto del amor.
Lo que se busca hoy es una relación compatible con los tiempos modernos, en la cual exista individualidad, respeto, alegría y placer de estar juntos; y no una relación de dependencia en la cual uno responsabiliza al otro por su bienestar.
La idea que nació con el romanticismo, de que otra persona sea el remedio para nuestra felicidad, seguramente desaparecerá en este siglo.
El amor romántico parte de la premisa de que somos una fracción y necesitamos encontrar nuestra otra mitad para sentirnos completos; pero muchas veces se produce con ello un proceso de despersonalización que, históricamente, ha sido protagonizado por la mujer; ella abandona sus características propias para amalgamarse al proyecto masculino.
Con el avance tecnológico, que exige más tiempo individual, las personas están perdiendo el miedo de estar solas, y aprendiendo a convivir mejor consigo mismas; están comenzando a percibir que se sienten una fracción, pero que son un entero.
La nueva forma del amor tiene ahora otro significado: no es la unión de dos mitades, sino el complemento de dos enteros; por supuesto que esto solo se da en aquellos que consigan desarrollar su individualidad.
Cuanto más competente sea el individuo para vivir solo, más preparado estará para una relación afectiva. La soledad es buena, estar solo no es vergonzoso, al contrario, dignifica a la persona.
Las relaciones de dominación o de concesiones exageradas son cosas del siglo pasado (o el antepasado).
Muchas veces pensamos que el otro es nuestra alma gemela, cuando en realidad lo que hacemos es inventárnoslo a nuestro modo.
Todos deberíamos quedarnos solos de vez en cuando, para establecer un diálogo interno y descubrir nuestra fuerza personal.
En soledad, el individuo entiende que la armonía y la paz de espíritu solo pueden encontrarse dentro de él mismo, y no en función de otro; al percibirlo, se torna menos prejuicioso y más comprensivo con las diferencias, respetando la manera de ser de cada uno.
El amor de dos personas enteras que saben estar solos, es mucho más saludable; en este tipo de relación se puede dar el placer de la compañía y el respeto a la individualidad del ser amado al mismo tiempo. (Flávio Gikovate, Médico Psicoterapeuta brasileño)
[http://www.flaviogikovate.com.br/site/artigos_en_espanol.htm].
Independientemente de las coincidencias y diferencias con este pensamiento, que las hay, siempre es interesante escuchar nuevas hipótesis sobre las relaciones afectivas; especialmente cuando las formas tradicionales, basadas en la ilusión, por todos lados fracasan o terminan desilusionadas.
Pensándolo bien... Mañana escudriñaremos estos conceptos y otros, en Vida Cotidiana, por Stereo Uno a la una.
http://jperezrobles.spaces.live.com/blog; PB100326EstarSola.docx; 10:45; 2535Car
viernes, 26 de marzo de 2010
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