A partir del próximo jueves 1 de Julio usted tendrá un período de gracia; ninguno de sus amigos, rebosantes de neurosis electoral, lo asaltará con las mil y una sinrazones por las que piensa que su candidato es el salvador de Sinaloa para toda la eternidad.
Ninguno de los medios de comunicación, incluyendo éste, le tratará de lavar el cerebro con propaganda electoral de ninguno de los candidatos.
Hasta aquí llegó el inconmensurable gasto de propaganda que los ciudadanos pagaron por esta campaña, la que todos esperan que sea la última así de cara y que tiene hartos a los electores porque ya hace tiempo que decidieron por quién votar para Gobernador, cómo repartir los asientos en el Congreso y para la Presidencia Municipal; por tanto toda esa repetición de consignas de los candidatos, además de inútil, ha resultado aburrida y contraproducente.
Usted ya podrá quitarse de los oídos los tapones con los que salía a diario para enfrentar al proselitismo francamente deschavetado con el que los activistas pretenden “convencerlo de torpeza con los delirios de su mente loca” [Sor Juana].
Y si insisten en embarrar con su propaganda esos días de reflexión budista Zen a la que nos invita la ley electoral, usted puede con todo derecho denunciar esta violación a ser tratado, al menos por unos cuantos días, como un ser humano al que nadie le vea la cara de tarado mental.
Si no aprovecharon el enorme presupuesto que les dieron los ciudadanos, entonces no son políticos que valgan la pena y su propaganda tampoco (no hay ‘democracia’ que valga tanto).
Si usted, por alguna de las miles de sinrazones tan comunes en estos días, se volvió adicto a la propaganda política intensiva y en esos días de silencio no lee nada en los periódicos ni escucha nada en la radio ni ve nada en la tele que lo libre del síndrome de abstinencia que lo traiga tembloroso, será mejor que busque al grupo de ‘Politólicos Anónimos’ más cercano a su corazón antes de que cometa alguna violación a la Ley Electoral. Paciencia.
A partir del día 4 de julio, tempranito en la mañana, usted tendrá todo el tiempo que quiera para curarse la cruda politólica en largas discusiones sobre fraudes cometidos o abusos de la libertad; y hacerse sesudas hipótesis de por qué perdió su candidato a pesar de haber tenido la asesoría más audaz, la encuesta perfecta, el método iluminado o la verdad absoluta a su favor.
Mientras tanto, durante esos días trate de ponerse a trabajar, hacer ejercicio o lo que sea, menos caer en la tentación de ‘ayudarle’ con su propaganda a su candidato. Piense que es por el bien de su propia salud mental (y eventualmente la del resto de sus conciudadanos).
Solo si ya no aguanta y siente como que está enloqueciendo, puede recurrir a alguna válvula de escape o al recurso que guste.
Pensándolo bien... Nomás no vaya a salir bichi a la calle con alguna pancarta electoral en la mano...
http://jperezrobles.spaces.live.com; PB100628PoliólicosAnon.docx ;20:14;2516Car.
lunes, 28 de junio de 2010
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