Dentro de los muchos estudiosos que se preocuparon por la conducta humana, y fundamentalmente por el comportamiento agresivo de los seres humanos está Sigmund Freud, fundador del psicoanálisis, quien escudriñó las profundidades de la psique, ese mundo misterioso y controvertido de los seres humanos, donde percató que existen fenómenos que se producen como resultado de las múltiples manifestaciones, acciones y reacciones del hombre, que se originaban de los instintos humanos.
En su obra ‘Más allá del principio del placer’ escrita en 1920, Freud por primera a vez hace una dicotomía para diferenciar lo que él consideraba y denominaba EROS o instinto de conservación de la vida en donde la sustancia viva u orgánica es el fundamento y el objeto de conservación, mientras el otro instinto que denomina Tánatos o instinto de la destrucción y muerte, es la transformación de la materia orgánica en materia inorgánica; “partiendo de las especulaciones acerca del principio de vida y de paralelos biológicos saqué la conclusión de que aparte del instinto de conservar la sustancia viva y de crear unidades cada vez más amplias, debe haber otro instinto contrario que trata de disolver esas unidades y de hacerla regresar a su estado primigenio inorgánico”.
Por otra parte, Freud en su concepto dualista sobre el instinto de la vida y el instinto de la muerte, se percata que existe cierta tendencia del individuo a autodestruirse, a lo que él denomina masoquismo o la internalización de la energía de la libido, derivada de narcicismo o de la autodestrucción primaria, de igual forma sostiene que existe la tendencia del individuo de destruir a sus semejantes o al mundo exterior, como consecuencia de la libido objetiva; es decir, cuando la libido se dirige hacia el objeto externo constituyendo así el denominado narcicismo secundario o lo que Freud denomina sadismo.
Esta relación de conceptos explicada en su obra ‘El malestar en la cultura’. Cuando Freud habla del instinto de muerte desviado hacia el mundo exterior y que sale a la luz en forma de instinto de agresividad y destructividad. En las nuevas aportaciones el psicoanálisis habla de la autodestructividad, manifestación de un instinto de muerte que no falta en ningún proceso vital.
“Nos vemos conducido a opinar que el masoquismo es más antiguo que el sadismo y que el sadismo es el instinto destructivo dirigido hacia el exterior, adquiriendo así la característica de la agresividad.”
Sobre su concepción teórica respecto a las relaciones sociales de los individuos Freud plantea la tesis de que en el proceso de socialización un individuo buscará salida a sus deseos instintivos. Este proceso se llama desplazamiento. El desplazamiento es el mecanismo de defensa por la cual un individuo desplaza su hostilidad hacia otro, implica la búsqueda de una víctima propiciatoria. La psique se fija en los individuos sobre los cuales se puede desahogar el odio porque no cumplen con lo que se requiere en alguna esfera de la vida social; el individuo o los individuos sobre los cuales puede desahogar el odio porque no cumplen con lo que se requiere en alguna esfera de la vida social; el individuo o los individuos pueden no tener nada que ver con el destinatario básico de hostilidad.
Freud manifiesta que este mecanismo puede llevar a una batalla contra la injusticia, la pobreza, la discriminación practicada con los grupos minoritarios. Pero si la experiencia traumática ha sido excesiva, la sublimación puede no ser lo suficientemente efectiva como para permitir al individuo alcanzar objetivos aceptados socialmente por otros y emocionalmente por él.
Según el fundador del psicoanálisis existen otros mecanismos en el individuo que impiden que salga a flote la agresión. Estos mecanismos se denominan: identificación, sustitución y compensación. El primero se reúne al odio inconsciente que tiene un individuo contra otro y que mediante este mecanismo se puede sublimar esta situación y así evitar que el hijo odie a su padre o la hija odie a su madre. Mediante el mecanismo de la sustitución, los individuos pueden revelar su odio contra una figura distinta al objeto original, sin embargo, éste será siempre más débil y de menos intensidad. El mecanismo de compensación tiene un alto valor social, ya que los individuos tienen ocupaciones exitosas o realizan actividades creativas con el fin de superar sus desventajas reales o imaginarias.
http://jperezrobles.wordpress.com; VC101113Agresion(Web).docx ;17:05;3820Car.
sábado, 13 de noviembre de 2010
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