La agresión es uno de los instintos animales de supervivencia biológica.
Sin la componente agresiva, todas las especies carnívoras desaparecerían.
Incluso las especies herbívoras tienen ciertos mecanismos de defensa agresiva que los mantienen en forma para evadir a los depredadores y definir su estructura de liderazgo de grupo.
Los mecanismos de agresión más antiguos de la evolución están íntimamente ligados con la supervivencia directa y con la alimentación, como la bipartición celular y la extensión de seudópodos por la amiba para atrapar y fagocitar microbios.
Las formas posteriores de alimentación animal llegan a ser sumamente elaboradas y complejas y usted las puede observar en al campo o en los canales de la tele que muestran documentales sobre la naturaleza, como Animal Planet o National Geographic.
Difícilmente lo verá así de claro en el Canal de las Estrellas, ahí lo que se ve es el otro polo de la agresividad; el que no está al servicio de la vida y la conservación de la especie, sino al servicio de la destructividad y la muerte.
Desde el punto de vista psicoanalítico la agresión es una pulsión de la misma categoría que la pulsión sexual, es parte de la estructura del Ello en el aparato psíquico, es parte inseparable de los instintos biológicos básicos; proviene de lo biológico, pero tiene una configuración sobredeterminada por la historia de la familia y por la cultura dominante en la civilización a la que se sujeta el sujeto.
La agresión social en lo cotidiano, está representada por las formas de poder de unos hombres sobre otros y su manifestación extrema está representada históricamente por la guerra de cualquier tipo o razón. En este caso la violencia alcanza su máxima expresión destructiva y por consecuencia su máxima capacidad de producir locura, individual y colectiva.
La agresión también se exacerba socialmente y se transforma en violencia en condiciones de desnutrición y pobreza extrema.
En la familia y la escuela, la violencia ejercida en nombre de la disciplina representada por la frase “La letra con sangre entra”, ha evolucionado junto con los métodos pedagógicos a la frase “La violencia es el recurso de mi ignorancia”.
Sin embargo, igual que sucede con el sexo, las ideas populares sobre la agresión se ven sobrecargados de ideología, magia, consejas populares y falsas concepciones cargadas hacia la conservación de la autoridad, con su consecuente represión o supresión del desarrollo de los grupos humanos.
O sea, dicho de otro modo, vemos a la agresión de un niño como “mala” desde el principio, porque en su experimentar con su fuerza y sus manos torpemente en los primeros años, descabeza una muñeca o aplasta al gatito, y se le reprime con escándalo.
El niño aprende que lo agresivo es malo no porque lo sea, sino porque significa una reprimenda verbal o física de la madre o del adulto a cargo y está en peligro de perder su amor o cuidado; por tanto reprime su agresividad por el escándalo adulto y el instinto quedará postergado para aparecer años después como erupción volcánica sin que nadie se pueda explicar por qué.
De ninguna manera se debe entender aquí que hay qué dejar al niño en libertad de expresar como quiera su agresividad experimental (especialmente si pone en peligro la vida o la salud propia o ajena) de la misma manera que no se le deja experimentar su sexualidad (especialmente en presencia de la suegra o de la tía Gertrudis) por razones sociales; sin embargo es necesario poner en cuestión las formas tradicionales y violentas de control disciplinario de estos dos polos instintivos (agresivo y erótico) que son inherentes al desarrollo infantil (o, si se ignora cómo, reconocerlo y pedir información).
De otro modo, la agresión que se libera durante la revolución adolescente hablará por sí sola de las consecuencias de una disciplina basada en la supresión escandalosa del desarrollo agresivo infantil.
La mejor manera de tratar con la agresión, es canalizarla como lo hacen los mamíferos superiores en la naturaleza.
Los cachorros juegan entre sí juegos agresivos que imitan la agresión adulta sin llegar a más cosa que la imitación.
La sociedad ha creado juegos y deportes no necesariamente destructivos pero que promueven la actividad muscular y preparan al niño para su vida adolescente y adulta en el terreno corporal, pero en el camino también desarrolla el terreno anímico.
Cada cultura familiar tiene recursos por los cuáles desarrollar más balanceadamente, aunque el equilibrio perfecto sea imposible de lograr, el desarrollo de la sensibilidad espiritual, la energía y salud física del niño hacia un adulto con la suficiente agresividad para sobrevivir en la competencia social y cultural adulta (cada vez más intensa, por cierto) y la sensibilidad necesaria para alimentar de momentos de bienestar al cuerpo y al espíritu.
La manera como se maneja la agresión en las escuelas primarias y secundarias de nuestro sistema educativo es una muestra de nuestra pobreza estructural para contrarrestar las fallas familiares del desarrollo infantil en este terreno. Otra vez, es lo mismo que pasa en el terreno sexual.
La ignorancia voluntaria de la disciplina se suma a la ignorancia reprimida sobre el desarrollo psicosexual infantil y lo que tenemos como resultado es una manada de adolescentes que se medio matan (y algunas veces se matan) entre sí en la competencia extrema, una sociedad llena de loosers obviamente frustrados y resentidos.
Y de ahí no saldrá otra cosa que una agresión transformada en violencia. Bueno, en la narco-sociología podemos ver ahora que ya salió: muchachos cada vez menores son sicarios muertos.
Pero tal violencia generalmente se vuelca contra los más débiles y contra aquellos con los que se tienen relaciones afectivas diarias, como dijimos antes.
Exacto, eso es lo que fundamenta todas las historias y formas de la violencia intrafamiliar.
Si no quiere que las generaciones siguientes sean violentas, permítase invertir un poco de la agresividad natural y relativamente sana en sus pequeños y probablemente no tendrá que vérselas con el terror de tener un adolescente que uno no se quiere imaginar con qué ocurrencia destructiva va a salir ahora.
http://jperezrobles.wordpress.com; VC101113Agresion.docx ;17:10;5289Car.
sábado, 13 de noviembre de 2010
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