viernes, 22 de octubre de 2010

Amor en pareja - 22OCT10

Hacer pareja con otro ser humano, de diferente familia, de diferente origen, de diferente género, no es algo fácil.

En primer lugar el encuentro de los que se aman llega sin previo permiso de la voluntad de ninguno de los dos.

De pronto, un tornado los envuelve en el enamoramiento y cuando menos piensan ya están pensando cada 7 minutos el uno en el otro, picándole como loquitos al celular, renegando con el día “¿¡por qué tienes solo 24 horas, wey!?”, soñando con tocarse y toda fantasía que prometa paraísos nunca antes vividos...

El enamoramiento es una locura socialmente aceptada, pero es una locura ciega (“el amor es ciego”) y está destinada a ser sólo una ilusión y el riesgo de sufrir el rechazo del objeto amoroso; pero a sabiendas o no, ambas partes se arriesgan a lo que venga con tal de cumplir con el impulso del deseo.

Por otra parte, la experiencia vivida, la observación de otras parejas (empezando por sus propios padres) les ha mostrado el grado de dificultad que exige la pareja humana para poder sostener su amor; ya ni siquiera el amor del impulso inicial del enamoramiento, sino el amor estrictamente necesario para tolerarse y mantenerse juntos; pero la atracción inicial es más fuerte que el miedo, y la pareja de todos modos obedecerá al instinto.

Sin embargo, existen algunas pequeñas diferencias que se pueden ver en la manera como, la mujer y el hombre, se acercan a esta experiencia que es la más evidente muestra de la fuerza de la vida y de la procreación de la especie.

El conocimiento o la ignorancia de estas divergencias será la diferencia entre una pareja que llega a términos con la vida juntos, o separados.

No se trata solamente de las diferencias anatómico-fisiológicas, que deberían saberse de antemano por las partes, si no nunca podrían formar pareja; se trata de las diferencias en la manera de ver el mundo, que puede ser complementaria y hasta bienvenida, pero más importante que eso, son las diferencias en la concepción del amor de cada uno en esta pareja. (En el caso particular de la pareja homosexual, el rol masculino/femenino es la fuente de conflicto).

Como el interés narcisista (el ‘ego’) de cada uno de los individuos está en primera línea con el deseo de ser amado por el otro, no solo se mentirán a sí mismos, sino que le mentirán simultáneamente al otro.

La estrategia generalmente consiste en hacerte creer que “se te cumplirán todos tus deseos sobre mi persona, yo seré todo aquello que tú quieres que sea; y me conformaré con cualquier cosa de tu parte, con tal de no perder tu amor”.

Todo mundo sabe que eso no es cierto, y que ni queriendo podrán lograr lo prometido; pero los enamorados lo ignoran ¡y no quieren saber!

Así se forman las parejas: basadas en un par de mentiritas blancas que los enamorados profieren el uno al otro, en aras del amor.

Pensándolo bien... Por supuesto, ambos creen que vivirán felices para siempre... [JPR, PB, 2008-08-29]
http://jperezrobles.wordpress.com/ ; PB101022Pareja.docx ;16:35;2526Car.

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