lunes, 18 de octubre de 2010

El narco en México según el NYT - 18OCT10

En sendas colaboraciones traducidas al inglés por Kristina Cordero, cuatro autores mexicanos hablan de la vida en la ciudad donde radican, en relación con el fenómeno narco:

Pedro Ángel Palou, escribe “Los Muros de Puebla” que habla sobre esas colonias amuralladas que terminan siendo la prisión de quienes encerrados creen escapar de la violencia narca. El subtítulo es un ejemplo de otras experiencias similares en la república: “A los capos les gusta esta ciudad por la misma razón que a mí: es segura”. (Se acuerda de Mochis?)

Federico Campbell titula su colaboración “El reclamo de Tijuana” y habla de sus nuevas condiciones de vida: “La violencia relacionada con las drogas alejó a los turistas de EU, pero ahora los locales están tomando su ciudad”. No solo los turistas, sino también los narcos se fueron y ahora las calles, restaurantes y antros se ven ocupados por jóvenes tijuanenses como aquella ciudad que era hace más de 40 años.

Ricardo Elizondo, habla de “La adicción de Monterrey”, y la muestra como la adicción de todo el país, porque dice, “En México tenemos un problema con la droga, pero no es el que pensamos, sino el negar su injerencia en la vida económica del país. Monterrey es solo un ejemplo mayor.

Élmer Mendoza no podía quedar fuera de este grupo de escritores de la literatura narca y dice “Sinaloa es una Zona de Desastre” (Ground Zero), como la de Nueva York y agrega “En el estado donde empezó el comercio de la droga, el narco se ha filtrado hasta el DNA social”.

Ninguno dice nada nuevo para los mexicanos, pero todo lo que dicen es nuevo para EU, incluyendo su gobierno; no tanto para la DEA ni la CIA, que seguramente saben más que Hillary Clinton, clasificarlo tan confidencial que ni a sus jefes informan.

Exactamente como los informes sobre posesión de armas de destrucción masiva resultó un cuento de la CIA, el tráfico de drogas desde Colombia hasta Chicago está lleno de historias ideológicamente adaptadas a lo que la DEA piensa que les gustaría escuchar a sus jefes; y así mantener los presupuestos y sus chambas, hasta que llegue el jugoso retiro primer mundista, en no pocos casos sumado a sus cuentas secretas en Islas Caimán.

Pensándolo bien... ¿Los mexicanos?: “Fuck’em, man!”.
http://jperezrobles.wordpress.com/ ; PM101018NYTNarco.docx ;17:40;1989Car.

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